The Spanish table

Hoy he ido a ver la tienda que me dijo Marta donde vendían productos españoles. Está en Berkeley, así que me he tomado la oportunidad de ir a conocer la ciudad. He salido un poco tarde, para variar y he ido a renovarme el seguro del coche. Allan, quien me ha atendido, era de Nicaragua y parece que le he caído bien porque de los $77 mensuales que me pedía al principio, se han quedado en $68. Pero lo más divertido ha sido cuando desde el cristal, estaba viendo cómo me estaban poníendo una multa y he salido disparada de allí. Y cuando estaba allí fuera, pidiéndole al guardia que no me pusiera la multa, resulta que allí estaba Allan también, intentando defenderme. No está mal, se ha ganado el contrato...
Pero le he debido de caer demasiado bien porque me ha tenido allí lo menos una hora, y claro, me ha pillado la hora punta y he tardado una eternidad para ir y otra para volver.
Cuando he llegado a la tienda, sólo faltaba un cuarto de hora para que cerraran, así que no he podido dedicarle todo el tiempo que me hubiera gustado...
Una vez dentro, tengo que deciros que he sentido una emoción única cuando he visto aceitunas rellenas de anchoa, de ajo y de pimientos, turrón El Lobo, mazapán, vino de todas las clases, paelleras, un estante entero de diferentes tipos de arroz, jamón, chorizo, lomo embuchado, agua Font d'Or, Vichy Catalán, aceite de oliva Carbonell, un montón de libros sobre cocina española, música, banderitas... y lo que es más importante: COLA CAO y NOCILLA!!! Qué emoción, por Dios.
Por cierto, la caja de berberechos Albó costaba $24 (unos 20€). ¿Seguís clicando en el anuncio de ahí arriba, verdad? Hacerlo por mi salud, para que siga alimentándome así de bien...

I've visited the place where Marta told me they sold Spanish products. It was in Berkeley, and I took the chance to know a little bit that city. But I left home a little bit late and before I needed to go to renew my car insurance. After having some problems with my old company, I decided to come to the same of my roommates and I met Allan there, a guy from Nicaragua who start to spoke to me in Spanish, even I was not so agree but he insisted... Finally, I think it wasn't that bad because he start to talk, talk, talk... and he down the rate from $77 that he told me at the beginning, until $68. And it was kind of funny when I saw the guard (or whatever who put the tickets) taking my licence number to put a new ticket and I ran from the office out there and he also start running with me!! We both were outside, asking to the guard to not put me the ticket. And it worked...
Thanks to them, I left SF so late that I met the rush hour and it takes me a long travel to go to Berkeley. When I arrived to the shop, it was almost closed, but I could buy something first. I was kind of surprised when I met different and very typical Spanish brands there, brands I've been using since I am a child.
It was a nice feeling.